lunes, 12 de abril de 2010

La Città Eterna (consigli pratici e città)


En septiembre del 2008, aprovechando que había acabado mi primer año del curso de italiano decidí irme a Italia a ver como me podía desenvolver realmente con el idioma, mi destino esta vez era Roma y era la segunda vez que iba a Italia.

Hay dos aeropuertos cerca de Roma, uno es Fiumicino – Leonardo da Vinci y otro es el Ciampino; yo recomiendo que en la medida de lo posible se aterrice en el de Fiumicino ya que está más cerca del centro de Roma y los transportes hacia la ciudad son más rapídos y más frecuentes.

Una vez en el aeropuerto Fiumicino de Roma (que es del que os puedo hablar ya que es el único que conozco), una de las opciones para llegar a la ciudad es coger el tren Leonardo Express cuyo billete me costó 11€ (creo que ahora ha subido) y además, haciendo caso a recomendaciones de varios blogs que visité antes del viaje, no validé el ticket en mi viaje Fuimicino – Stazione Termini (Roma) y así pude utilizarlo cuando volviera una semana después hacia el aeropuerto ya que el billete es exactamente el mismo (pero yo no estoy aquí para inducir a nadie a nada, que conste); en todo caso, esos 11€ de más que me ahorré y que os aseguro que me fueron de lujo.

Una vez en la estación de Termini, ya sí en la ciudad de Roma, compré un billete semanal de transporte para el metro, bus y tranvía, integrados en un único sistema, (Carta Integrata Settimanale -CIS) que me costó 16€ en total y, aunque yo soy partidaria de ir caminando a todas partes siempre que puedo, creo que vale la pena en relación al precio que cuesta (y os aseguro que a pesar de ir caminando casi siempre, le saqué partido).

Desgraciadamente no me acuerdo del nombre del hostal en el que me alojé aunque tampoco era necesario ya que, a pesar de no estar del todo mal, tampoco volvería a ese mismo lugar. La zona, en cambio, en la que estaba era alrededor de la Piazza Vittorio Emanuele II la cual sí os recomiendo ya que con un corto paseo se llega a la zona de la Piazza dell’Equilino para visitar Santa Maria Maggiore o también la Piazza del Cinquecento y la Stazione Termini. Además, a 10 – 15 minutos a pie se encuentra el Parco Traiano desde donde, ya sí, podréis llegar al Colosseo. Debo decir también que en la zona hay buenas Trattorie o Osterie para comer a un buen precio y de calidad. Quizá al mismo hostal no, pero sin duda repetiría zona.

No hará falta que os cuente lo que todo el mundo ya sabe: sí, los italianos van a la última en moda; se sabe, pero siempre sorprende encontrarse a dos jóvenes barrenderos (chico y chica) maquillados y peinados como si fueran de discoteca, con el traje de barrendero y, cómo no, las gafas de sol.

Y sí, el tráfico es una locura, una verdadera locura; no se respetan los pasos de cebra (de hecho, poca cosa se respeta) y, para mi, lo más “sensato” es colocarse al lado de los romanos y cruzar con ellos que ya están acostumbrados. Tened cuidado de verdad si vais, no es una exageración.



Y sí, Roma enamora a todo aquel que la pisa. Toda ella es un museo. Es arte en sí misma y sorprende calle a calle. Roma hay que vivirla.
A mi parecer, pude recorrer y disfrutar de la ciudad suficientemente bien. Una de las zonas que más me gustaron fue la Piazza Navona y alrededores, os recomiedo ir allí cuando atardece ya que envuelve un clima aún más romántico, con la gran plaza delante de ti, los pintores exponiendo sus dibujos y pinturas y todo eso acompañado de la música de los artistas. En definitiva, un ambiente perfecto.

Obviamente, no me olvido de lugares como por ejemplo la Piazza Spagna; si vais a verla tened cuidado porque está plagada de “vendedores de rosas” y timadores de esos que te ponen pulseras sin permiso y te piden dinero a cambio, etc. Hay tantos y son tan molestos que se hace muy cargante dar una vuelta por allí. Por lo demás, es un lugar precioso para visitar y las escalinatas son perfectas para tomar descanso. Cuando estéis allí, no olvidéis echar un vistazo a la Via del Condotti (justo enfrente de la Plaza) ya que es la calle comercial de Roma y podréis disfrutar o escandalizaros (según los intereses) con las tiendas más caras de la ciudad.



No os vayáis de Roma sin sentaros un rato enfrente de la Fontana di Trevi y, ya de paso, acordaros de tirar la moneda hacia atrás, por encima del hombro y pedir un deseo. Desde las callejuelas que encontraréis alrededores apareceréis, casi sin esperarlo,delante de un imperante Pantheon, justo en la Piazza della Rotonda (llamada así ya que la cúpula del Pantheon es conocida popularmente como la “Rotonda). Justo detrás del Pantheon, en la Piazza della Minerva número 78 hay una tienda de gastronomía típica de Italia donde yo compré bastante y os recomiendo si tenéis que llevar algo a vuestra familia o amigos; se llama Raffaello - La Rosa Group.

En la iglesia de Santa Maria in Cosmedin es donde podréis visitar la Bocca Della Verità, la cual es básicamente su único atractivo pero, sin duda, gracioso de ver.

No me olvido de lugares como la Villa Borghese, Circo Massimo, el rio Tevere y un largo etcétera que me podría ocupar páginas y páginas.

Por si os interesa, la guía que utilice para el viaje es la de National Geographic y la recomiendo muchísimo porque creo que es muy completa, clara y práctica.

En mi próxima entrada os hablaré de los museos, patrimonio o monumentos que visité en Roma durante mi estancia y su gastronomía.

Viajad mucho.

Emma.

3 comentarios:

  1. Es una lástima que Roma debata entre el arte histórico del que gozan y la actual falta de coherencia política y social.

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  2. Ya lo dicen que el único problema de Italia son los italianos... pero ya sabes, cosas que dicen....

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